Lo que hace algunos meses atrás podía ser algo tan rutinario como volar en un avión, hoy en día se convirtió en un riesgo de contagio latente. En Australia se realizó un experimento sobre los asientos más y menos recomendables en un vuelo.

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El experimento lo llevaron a cabo la Universidad de Australia Occidental y la Universidad de Notre Dame para determinar cuál es el comportamiento del virus del SARS-CoV-2 durante un vuelo, y se obtuvieron algunos resultados que pueden dejar más dudas que respuestas.

Se eligió un Airbus 2330 de la aerolínea Qantas Airways para un vuelo de 5 horas desde Sidney a Perth en el mes de marzo (cuando recién estaba propagándose el virus de Covid-19 a nivel mundial), y se colocaron estratégicamente a 11 contagiados de los 243 pasajeros que iban en el avión.

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Los resultados fueron publicados en la revista Emerging Infectious Diseases, y las conclusiones que se sacaron es que no existe un patrón especial. Tiempo después determinaron que algunas personas que iban 2 asientos adelante de algunos contagiados fueron atacados por el Coronavirus.

Pero eso no es todo, ya que hubieron otros casos donde el contagio llegó a personas que estaban hasta 6 filas de asientos más adelante. Y por si fuera poco, la mayoría fueron personas que habían comprado un asiento junto a la ventana.

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Aunque la investigación se realizó en marzo 2020 y recientemente se publicaron los resultados finales, no deja de sorprender qué tanto puede llegar a afectar el virus. A diferencia de lo que sucedía en aquel entonces, ahora ya tenemos mucho más conocimiento de la letalidad del Coronavirus, pero eso no significa dejar de cuidarnos durante un vuelo.