Desde que se inició la pandemia en el mes de febrero y marzo, diversas pruebas se han realizado para encontrar la cura contra el Coronavirus, pero el papel que pueden jugar los macacos sigue siendo vital.
Los macacos rhesus son las especies que comparten características bastante similares con los seres humanos. De hecho, se sabe que el ADN del tipo rhesus comparte el 90% de las características que los seres humanos, según la información que brindó el Instituto Jenner de la Universidad de Oxford.
De igual forma, los primates padecen problemas respiratorios, afecciones pulmonares, y altas cargas virales en nariz y garganta; de tal forma que los macacos rhesus pueden ser parte de ensayos clínicos.
Sin embargo la demanda de los primates ha aumentado de tal forma, que el número de macacos han estado limitados para varios laboratorios en Estados Unidos.
En octubre 2018 se contabilizaban cerca de 32,000 en el país norteamericano. En este 2020 se redujo considerablemente el número por la pandemia del Covid-19.
Gracias a este fenómeno se han detenido varias investigaciones, debido a que el resto de primates no tienen las características humanas que puedan brindar la precisión en una potencial vacuna.
Mark Lewis, director ejecutivo de la franquicia Bioqual, confirmó que «ya no podemos hallar a ningún rhesus. Ellos han desaparecido totalmente».
Sin embargo, el factor que pudo haber sido determinante de la escasez fue la guerra comercial que China y Estados Unidos han mantenido, razón por la cual se han tensado las relaciones entre ambos países en los últimos meses.
Jeffrey Roberts, director del Centro Nacional de Investigación en Primates de California, que el impacto de tal escasez ha provocado una situación de incertidumbre, ya que no se puede medir fácilmente el impacto, pues se requiere de 450 a 500 por año para las investigaciones propias de Covid-19.
En febrero 2020 China suspendió la exportación de macacos hacia EUA, y esto habría hecho retroceder en las investigaciones para encontrar la vacuna ideal del SARS-CoV-2.
De cara al futuro, la situación parece que no cambiará, ya que cada país se ha vuelto «egoísta» en cuanto a adoptar las vacunas, y si a esto le sumamos la tensa situación que China y Estados Unidos enfrentan, parece que los asiáticos no venderán más macacos a los estadounidenses.