El 2 de octubre saltaban las alarmas a nivel mundial después del anuncio que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, se había contagiado de Covid-19. Después de un fin de semana internado en el Hospital Militar Walter Reed, el mandatario afirmó que había sido una «bendición«.

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Y es que un par de días después de haber adquirido el virus, Trump afirmó que ya estaba listo para volver a sus labores, las cuales reanudó este miércoles al haber llegado a su Despacho Oval y terminar con el aislamiento.

Incluso afirmó que estaba listo para un debate presencial ante Joe Biden durante esta semana, lo cual no sucedió al final.

La «bendición» a la que se refirió el mandatario fue el suministro de una terapia experimental de una de las vacunas que se están desarrollando para eliminar los efectos del Coronavirus en los estadounidenses.

El mandatario afirmó que los efectos principales habían desaparecido en 24 horas, y eso significaba que todo iba marchando bien para lograr encontrar una vacuna efectiva contra el SARS-CoV-2.

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«Esto lo quiero para todos. Quiero que todos reciban el mismo tratamiento que su presidente porque me siento perfecto. Puedo decir que ha sido una bendición haberme contagiado, una bendición de los Cielos», afirmó Trump.

El presidente estadounidense insiste en que pronto estará lista la vacuna, y que los ciudadanos de Estados Unidos podrán adquirirla de forma gratuita. Incluso se atrevió a dar un plazo (antes de que sean las elecciones presidenciales) para que el tratamiento pueda ser una realidad.

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En sus declaraciones tampoco se olvidó de mandarle un «dardo» a China al reafirmar que ellos son los culpables de la pandemia de Covid-19, y que pagarían un alto precio por lo que le han hecho a Estados Unidos y al mundo entero.