Navid Afkari es el campeón nacional de lucha grecorromana en Irán, país donde fue ejecutado por haber sido acusado de reconocer el delito de asesinato contra un funcionario en 2018 después de una serie de protestas, lo cual le habría traído la condena de muerte por ahorcamiento.

Diversos medios también apuntan a que habría declarado bajo amenazas y coacción, lo que hace creer que pudo haber sido forzado a confesar el delito en contra de su propia voluntad.

La confesión fue difundida por las autoridades, y organismos internacionales del deporte como el Comité Olímpico Internacional (COI) y la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA) emitieron comunicados donde defendían a Afkari y solicitaban la remisión de la condena.

Donald Trump, Joe Biden, y Human Right Watch también habrían enviado mensajes para solicitar al Gobierno de Irán que le perdonara la vida al atleta.

Las protestas por parte de la población iraní no se hicieron esperar, y salieron a las calles para exigir justicia por la muerte de Afkari, quien además habría sido señalado por «enemistad contra Dios» e «insulto al líder supremo de Irán».