La humanidad ha probado que la creatividad en los inventos nunca deja de sorprender, y este es el caso de un aparato que parece un cinturón de castidad, y que precisamente sirve para impedir que un hombre utilice su aparato sexual reproductor. Sin embargo, las cosas se han salido de control con fallos de seguridad.

En este caso hablamos del Qiui Cellmate Chastity Cage, el dispositivo que tiene como «prisionero» a los genitales del hombre que lo utiliza. A pesar de haber sido inventado para propósitos de mejorar (o empeorar) las relaciones de pareja, parece que han habido algunas complicaciones que no tomaron en cuenta.

Este dispositivo puede ser controlado por una tercera persona, lo que significaría que el hombre automáticamente cede el control total de su pene a otra persona para asegurarse que no irá de infiel por algún lugar. Aunque esto se escuche extraño y controversial, aún hay algo más que no tomaron en cuenta: el aparato es fácilmente hackeable.

Esto significaría que una persona totalmente ajena podría hacerse del control total del aparato, impidiendo que este se pueda liberar y manipularlo a su antojo.

La «jaula de castidad» tiene localizador y es controlado a distancia por conectividad a internet a través de una app. A pesar de ello, Alex Lomas (experto en seguridad electrónica) advirtió a Qiui del problema tan serio, ya que un tercero tiene la facilidad de bloquear para siempre el aparato reproductor de otra persona, y dada la gran resistencia del cinturón, es imposible liberarlo a menos que sea recuperando el control del usuario en la app.

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Después de varias actualizaciones y de meses de prueba desde la interfaz de programación de aplicaciones (API), Qiui decidió hacer público el inconveniente al haber vendido más de 30,000 dispositivos alrededor del mundo. El precio ronda los 200 dólares y aún no hay una resolución satisfactoria para este caso.