El Parque Nacional Kaziranga, al noreste de India, lucha por la conservación de especies en peligro de extinción desde hace un centenar de años. 

Los métodos que utiliza para proteger su fauna salvaje, son motivo de controversia, ya que los guardaparques tienen permiso para disparar y matar a los cazadores. Este permiso se confiere únicamente a las fuerzas armadas o a la policía.

Los rinocerontes requieren de una protección especial, ya que sus cuernos tienen un valor más alto que el del oro en el mercado de países como Vietnam o China. A los cuernos de esta especie se le adjudicaron creencias milagrosas, como que son capaces de curar enfermedades letales como el cáncer y durante un período de tiempo, en el parque se mataban más personas al año que rinocerontes.

El director de la reserva, señala respecto a los cazadores furtivos que “primero les dan una advertencia pero si ellos disparan, nosotros tenemos que matarlos”.

Desde 2013, cuando cambiaron las reglas de la reserva a instancia de la presión de políticos locales, que buscaban frenar el crecimiento de la caza ilegal en el parque, que constituye una de las principales atracciones turísticas de la región, las cifras de muertos aumentaron dramáticamente.