Poco más de un mes después del gran debate nacional que buscó respuestas en Francia a la crisis de los «chalecos amarillos», el presidente, Emmanuel Macron, prometió bajar impuestos y subir las pensiones.

En una rueda de prensa, Macron ha defendido la necesidad de «trabajar más» para compensar el descenso de impuestos y la reducción del gasto público que busca su Gobierno.

«En torno a 5.000 millones, pienso que estaría bien», ha dicho sobre la reducción que desea en el impuesto sobre la renta, aunque ha dejado en manos de su Gobierno precisar el montante, y ha añadido que esta bajada se financiará en parte con el fin de algunas exenciones fiscales que benefician a las empresas.

El presidente ha abogado por alargar el periodo de cotización para los trabajadores, aunque no por retrasar la edad legal de jubilación.

El presidente lamentó haber dado la impresión de ser duro y «a veces injusto», y recalcó que del movimiento contestatario de los «chalecos amarillos», iniciado a mediados de noviembre con manifestaciones semanales, emana la «profunda sensación de injusticia fiscal, social y territorial» de parte de los ciudadanos.