Así como se lee en el título del presente artículo, un «libro bomba» fue enviado a Citlalli Hernández Mora, senadora mexicana que nunca esperaba recibir algo así.

A pesar de todos los protocolos de seguridad, nadie iba a sospechar que un libro iba a ser el causante de la polémica y de un atentado, que gracias a Dios no pasó a mayores.

Hernández recibió el libro y nunca se imaginaba lo que iba a suceder. Una vez abierto, el libro lanzó una llama de fuego que fue lanzada sobre el rostro y las manos de la senadora. Afortunadamente, el incidente no pasó más allá de quemaduras leves.

Y aunque aún no se ha logrado encontrar al autor intelectual del atentado, es un llamado para poder doblar los esfuerzos de seguridad y asegurarse de tenerlo todo bajo control; no solo en México, sino para todos los países del mundo.