Las minas antipersonales aún representan una amenaza para muchos países que vivieron guerras que fueron parte de su pasado y dejaron secuelas. Ante esta situación, han recurrido a todo tipo de métodos, incluyendo el olfato y astucia de las ratas africanas Magawa.

Con una longitud de aproximadamente 70 centímetros, lo cierto es que las Magawa han sido un gran instrumento al detectar cerca de 80,000 minas en Camboya y otras naciones africanas, evitando así muchas muertes que se pudieron haber lamentado.

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Con un olfato que es capaz de encontrar las minas que están bien escondidas en la tierra o camuflajeadas, estas ratas comienzan a desenterrar en el punto donde se encuentra la mina. En cuanto a su peso, no han tenido ningún inconveniente, ya que se colocan sobre el TNT y este no explota.

La ONG de Bélgica, Apopo, es la que se ha encargado de entrenar a las ratas en Tanzania. El mismo dura un año, y se ha logrado contar con cerca de 40 ratas Magawa.

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Además, las ratas han demostrado ser mucho más eficientes que usar detectores de metal, ya que reducen hasta 4 veces el tiempo en que se lleva una persona en encontrar una mina.

En 1997 se llevó a cabo la Convención Sobre la Prohibición de Minas Antipersonales en Ottawa, Canadá en la cual más de 150 países han acordado dejar de colocarlas en territorios enemigos.

Sin embargo, muchas que se colocaron en los años de guerra aún siguen en los suelos, y será labor de varias décadas más para erradicarlas por completo.