La estufa de gas es utilizada todos los días para tener nuestros alimentos calientes y bien cocinados. Sin ella, sería complicado tener lista la comida, y tendríamos que utilizar otros aparatos, que jamás harán el mismo trabajo. Sin embargo, con el tiempo la grasa y suciedad se va adhiriendo a las hornillas. Aquí te damos 2 tips para poder limpiarlas.

Con el uso que le damos cada día a la estufa, es imposible evitar que en algún punto se manchen con grasa o suciedad. Algunas veces tratamos de limpiarlas parcialmente, pero con el tiempo la suciedad acumulada puede arruinar o dejar sin la misma fuerza la intensidad del fuego.

Cuando el proceso de combustión ya no es el mismo, la estufa se deteriora poco a poco, y lo mismo pasa con cada hornilla. A continuación te contamos cómo hacerlo de una manera sencilla desde casa, pero procura limpiar una hornilla a la vez para que no te quedes sin espacios para cocinar:

  • Prepara un recipiente con agua muy caliente, agrega zumo de limón, y vierte una hornilla en ella. Deja que estén ahí durante un par de horas (mientras se desprende la grasa y suciedad). Al sacarlos, sécalos bien y cúbrelos con bicarbonato de sodio. Utiliza una esponja de aluminio para remover los residuos.
  • En una bolsa sellable, vierte una hornilla, e inmediatamente vierte un poco de amoníaco (hazlo con guantes y una mascarilla para tu protección; el amoníaco es tóxico). A continuación, revuelve bien para que el compuesto se adhiera a la hornilla, deja que pasen 12 horas y con los guantes puestos saca la hornilla.

Para este último procedimiento, recuerda sacar la hornilla en un lugar donde haya mucho aire en el ambiente (con los guantes puestos y mascarilla para no respirar el amoniaco), y lávalo con agua abundante. Sécalo muy bien, colócalo en el lugar que les corresponde en la estufa, y espera unos 30 minutos más para utilizarlo nuevamente.

Recuerda que este proceso es sencillo, y puedes hacerlo tú mismo(a) en casa.

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